FORSEE : Indicateur évalué

Indicador 4.1: Composición de especies arbóreas

Coste

699.84 €

0,0126 € / ha forestal arbolada

Estos costes comprenden:

Sistema de información geográfica (GIS)
Recopilación de información
Procesado de datos y análisis
Redacción

Resultados

La relevancia de las especies arbóreas en el papel desempeñado por los bosques sobre la biodiversidad está sobradamente documentada, ya que mientras numerosas especies de flora y fauna se encuentran asociadas a especies arbóreas concretas, la riqueza de especies en numerosas ocasiones se ve incrementada con el número de especies arbóreas presentes en la masa forestal.

Por ello, este indicador tiene por objetivo evaluar la composición de especies arbóreas de las masas forestales, de modo que una clasificación de las masas en función de su monoespecificidad o pluriespecificidad presenta enorme interés. De este modo, el estudio de la evolución de la monoespecifidad de las masas puede ser utilizado como un indicador de biodiversidad.

Para poder evaluar este indicador se han testado dos posibilidades

1.Utilización el mapa forestal español

La evolución acaecida en la zona piloto no ha podido ser cálculada, ya que el MFE200 no posee los campos de ocupación de las especies, por lo cual no podemos saber si se trata de masas monoespecíficas o pluriespecíficas. En la tabla 4.1.1 se muestran los resultados obtenidos a partir del MFE50. El criterio para la consideración de monoespecificidad ha sido el utilizado por el Inventario Forestal Nacional, es decir que al menos el 90 % de los pies pertenezcan a una misma especie.

Tabla 4.1.1: Grado de pluriespecificidad

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Fuente: elaboración propia a partir del MFE50

Además se considera interesante registrar la mono o pluriespecifidad de las especies forestales más importantes en el área piloto. Para ello se ha calculado la superficie forestal en la que las principales especies se encuentran ya sea como masa pura o presente en un menor porcentaje (Tabla 4.1.2).

Tabla 4.1.2: Grado de pluriespecificidad por especies

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Fuente: elaboración propia a partir del MFE50

Las masas de Q. pyrenaica destacan por ser las masas con mayor monoespecificidad, casi ocupando un tercio de la superficie arbórea total del área piloto. Este hecho es debido fundamentalmente al tratamiento silvícola al que ha sido sometido tradicionalmente, como son las cortas a matarrasa, que provocan un denso rebrote de cepa o raíz, que imposibilita la inclusión de otras especies.

Por su parte las plantaciones de pinar no presentan un elevado porcentaje de masas puras, ya que dichas plantaciones generalmente presentaban una clara especie principal pero también incluían otras especies de pino como especies secundarias.

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2.Clasificación por tipo de hábitat

La clasificación por tipo de hábitat puede utilizarse como un complemento al estudio de la monoespecificidad a nivel de especie, ya que como sucede en las comarcas de Páramos y Valles, puede que las masas forestales sean pluriespecíficas a nivel de especie, pero monoespecíficas a nivel de hábitat. Por ejemplo, en el área piloto son muy frecuentes las plantaciones de pinar con 2 o incluso 3 especies de pinos, es decir masas pluriespecíficas. Sin embargo, desde el punto de vista de la biodiversidad una mezcla de especies de pinos de la mismas características (edad, estructura, etc) no modifica el tipo de hábitat, el cual estaría caracterizado como plantaciones de coníferas altamente artificiales (ya estén formadas por 1 especie de pino o varias).

La estratificación de la superficie forestal del área de estudio en función del tipo de hábitat determinado por la clasificación EUNIS, es la mostrada en la tabla 4.1.3.

Tabla 4.1.3: Clasificación por tipo de hábitat

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Fuente: elaboración propia a partir del MFE50 y los criterios de clasificación EUNIS

Podemos observar que en nuestra área piloto existen once tipos de hábitat forestales (considerando tres niveles en la clasificación EUNIS). Podemos observar que G3F es el tipo de hábitat forestal más abundante en el área piloto, este está compuesto principalmente por las plantaciones de pino, que con 652 polígonos presenta una extensión de casi 26.000 ha, a continuación se encuentra G17, que formado principalmente por las masas de rebollo, abarca más de 21.000 ha. Así, estos dos tipos de hábitats abarcan más del 80 % de la superficie forestal, lo cual nos refleja la relativa poca diversidad de hábitat existente en la comarca. El otro tipo de hábitat más común en la zona son G1C formado por las plantaciones monoclonales de Populus x euramericana.

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Observaciones

Cabe apuntarse que la pluriespecifidad estimada en la tabla 4.1.2 corresponde a la superficie de las teselas que tienen presencia de dicha especie (ya sea como especie 1, 2 ó 3), por esta razón la suma de las superficies es mayor que la total arbórea. Si bien, este dato es interesante para detectar la distribución de las distintas especies, aunque no su abundancia. De este modo, puede observarse que si bien las masas monoespecíficas de P. pinaster son escasas, su presencia como especie secundaria es bastante considerable.

Destacable es el hecho de que el MFE50 clasifique un rodal de algo más de tres hectáreas como olmeda, cuando en realidad no existe tal formación, ya que las olmedas desaparecieron del área piloto debido a la enfermedad denominada grafiosis con anterioridad a la elaboración de dicho mapa forestal.

Problemas y mejoras

El proyecto FORSEE, como ya ha sido comentado anteriormente, presenta como uno de sus principales objetivos testar indicadores a escala regional, por ello la necesidad de la utilización de fuentes de información disponibles a dicha escala.

Así, el principal problema presente en la evaluación de este indicador viene vinculado a las bases de datos a utilizar, ya que la utilización de los mapas forestales conlleva un elevado error de partida, puesto que la información aportada por los distintos mapas forestales es bastante diferente. Por ejemplo, el MFE200 no recoge información sobre la ocupación de las distintas especies forestales (información de la cual se dispone en el MFE50), lo cual imposibilita el estudio de la evolución. Otro problema importante es que la resolución de ambos mapas forestales es muy dispar. Así, mientras ambos mapas digitales presentan una escala 1:50.000, en el primero de ellos (MFE200) el material de partida fueron las fotografías aéreas fotointerpretadas por los equipos de campo a escala 1:200.000, y después los polígonos fotointerpretados se transfirieron al Mapa Topográfico Nacional a escala 1:50.000. De este modo, el resultado es un mapa con una precisión geométrica de 1:50.000, pero en realidad la precisión temática es a 1:200.000. Este problema parece que no va a ser solucionado en el futuro, ya que el Ministerio de Medio Ambiente ya ha anunciado que en el presente año 2007 comenzará la elaboración del nuevo mapa forestal MFE25, el cual nuevamente modificará la escala de resolución a 1:25.000.

Cualquier programa de monitoreo o seguimiento de las masas forestales es lógico que sea mejorado en el tiempo, sin embargo también es muy importante que tenga una continuidad tanto en la metodología llevada a cabo como en la información recogida, que permitan un estudio de la evolución. La reducción de la escala en los sucesivos mapas forestales es algo deseable por todo aquel que vaya a utilizar esta fuente de información en un futuro, si bien cuando deban hacerse comparaciones posteriores es fundamental conocer el problema existente. De modo que tendencias muy claras en la evolución sin lugar a dudas podrán ser consideradas como un fenómeno real existente en nuestras masas, pero por el contrario pequeñas diferencias deberían tomarse con mucha cautela.

Comentarios y discusión

Los resultados de las masas del área piloto respecto a la composición de especies nos indican un elevado porcentaje de masas monoespecíficas (presencia de una única especie) cifrado en torno al 40 % del total. Esto es resultado de dos tipos de actuaciones: por un lado, la gestión llevada a cabo en el pasado sobre las masas de rebollo (Q. pyrenaica), consistententes en las cortas a matarrasa que dan lugar a unos densos tallares que imposibilitan la inclusión de otras especies arbóreas. Y por otro lado, las plantaciones de pinar llevadas a cabo por el Patrimonio Forestal Español en la comarca durante las décadas de los 50-70. La interpretación y consecuencia de ambas actuaciones es muy dispar, mientras que en los rebollares no se prevén cambios hacia masas pluriespecíficas, sin previa actuación humana a tal efecto. En las plantaciones de pinar, en la actualidad se está observando una evolución natural hacia masas mixtas por la regeneración natural de otras especies de pino (cuando por su proximidad es posible) y por la recuperación de las masas originarias (principalmente de rebollo) que ante la ausencia de actuaciones sobre el sotobosque están regenerándose bajo el dosel arbóreo del pinar.

Por su parte, los resultados obtenidos del análisis por tipo de hábitat nos muestran que una evaluación de este indicador en términos de especies podría no mostrar la realidad de las masas. De este modo, en el área piloto podemos observar que el tipo de hábitat G3F (compuesto fundamentalmente por pinares con 1, 2 ó 3 especies de pinos) abarca casi 26.000 ha, mientras que las masas monoespecíficas de especies de pino son sólo 4.464 ha. Sin embargo, desde el punto de vista de la biodiversidad una mezcla de especies de pinos de las mismas características (edad, estructura, etc) no modifica el tipo de hábitat, por lo cual en la actualidad (en espera de que esta regularidad de edades, estructura, etc desaparezca) cabría la posibilidad de considerar a todas estas plantaciones como masas monoespecíficas. De este modo, se propone la estimación de la monoespecificidad de las masas a nivel de especie y su caracterización por tipo de hábitat para la correcta evaluación de este indicador.

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