FORSEE : Indicateur évalué

Indicador 4.5: Madera muerta

Coste

2455.07 €

0,0443€ / ha forestal arbolada

19,09 €/parcela

Estos costes comprenden:

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Resultados

Una gran proporción de especies forestales (escarabajos saprófitos, líquenes, hongos, roedores, aves, etc) dependen de la presencia de materia muerta que les proporcione alimento y refugio. Sin embargo, no influye únicamente el volumen total de la misma sino también su variabilidad (Snags o madera muerta en pie y Logs madera muerta en suelo) y estado de descomposición.

Actualmente en la política forestal, tanto a nivel Europeo como Internacional, se está considerando la madera muerta como un indicador de naturalidad en el ecosistema forestal. En base a esto, la ONG WWF-Adena (2004) ha publicado unos datos de volumen de madera muerta (Logs y Snags) recomendable para las masas forestales europeas con fines productivos, para lograr una sostenibilidad forestal respetando y conservando el medioambiente. Se aconseja dejar entre 20-30 m3/ha repartidos entre árboles muertos en pie y madera muerta en el suelo ó dejar un Vmm (sumando Logs y Snags) del 3 al 8 % de las existencias de la masa.

Teniendo en cuenta estos datos de referencia se han calculado, a partir de las parcelas de muestreo (4% Logs y 4% Snags), las existencias medias reales y recomendadas (tabla 4.5.1).

En cuanto a las existencias reales, los Logs comprenden entorno al 1,2 % del volumen vivo de las masas, mientras que el área basimétrica correspondiente a los Snags alcanza el 2,4 % del AB viva de las masas, si bien su distribución no es uniforme entre especies (2,46 % pinares y 1,97 % rebollares).

Tabla 4.5.1: Balance existencias-recomendado de la madera muerta
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Si bien, estos resultados medios ya apuntan la escasez de madera muerta en las masas de la zona piloto es interesante ver su distribución en las parcelas (Figuras 4.5.1, 4.5.2 y 4.5.3). Del análisis de estos gráficos podemos observar que la práctica totalidad de las parcelas presentan una cantidad de materia muerta insuficiente si se compara con las recomendaciones anteriormente citadas. También podemos observar en la cantidad de Snags la homogeneidad de las masas de pinar (exceptuando tres parcelas atípicas en la zona), frente a la mayor heterogeneidad de los rebollares.

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Figura 4.5.1: Balance existencias-recomendación de Logs

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Figura 4.5.2: Balance existencias-recomendación de Snags en pinares

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Figura 4.5.2: Balance existencias-recomendación de Snags en rebollares

Del mismo modo que la cuantificación de la madera muerta es clave, es fundamental determinar su tipo. Así, el estudio de su estado de descomposición presenta un enorme interés, ya que cada tipo de materia muerta muestra un nicho ecológico que puede ser ocupado por diferentes especies. En la tabla 4.5.2 podemos observar que el mayor porcentaje de Logs pertenece a los estados de descomposición primarios, lo cual es típico de masas jóvenes como es el caso de los pinares de repoblación en la zona piloto.

Tabla 4.5.2: Estado de descomposición de los Logs
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Observaciones

Los resultados obtenidos en este indicador muestran una constante en las masas forestales europeas, como es la excasa presencia de necromasa. La cantidad de madera muerta presente en el área piloto es alarmantemente reducida en comparación con la recomendada, principalmente en los rebollares (los cuales prácticamente no presentan Logs y presentan un porcentaje menor del 2 % de Snag respecto al AB vivo). Sin embargo, las posibilidades futuras son muy dispares en función del tipo de masa, ya que mientras si la gestión en las masas de pinar fuese la adecuada, en un futuro próximo estas podrían disponer de una cantidad y tipo de materia muerta adecuada, en los rebollares las posibilidades son mucho menores, ya que las existencias actuales y la gestión llevada a cabo imposibilita la existencia de necromasa de grandes dimensiones.

Problemas y mejoras

La metodología propuesta por el proyecto FORSEE para la evaluación de los Logs podría ser mejorada incorporando al muestreo la estimación de dimensiones menores a 7,5 cm, ya que en ocasiones, como en masas jóvenes donde los tratamientos selvícolas se encuentran restringidos a podas, clareos y primeras claras, los restos de dichas operaciones (con dimensiones inferiores a 7,5 cm) son la única fuente de necromasa y debido a su importancia debería ser estimada.

Comentarios y discusión

Este indicador a pesar de requerir trabajo de campo y de que su coste sea relativamente elevado presenta un enorme interés debido principalmente a tres aspectos:

• Evaluar las existencias reales de madera muerta es una necesidad, ya que el inventario nacional forestal no recoge dicha información, a pesar de que más de un tercio de las especies forestales dependen de árboles senescentes o de madera muerta para su supervivencia, la necromasa mantiene la productividad, previene de la erosión y se comporta como un sumidero de carbono.

• La madera muerta es un perfecto complemento a la evaluación de la naturalidad de las masas.

• La inclusión de este indicador en los procesos de certificación de la gestión forestal sostenible, serviría para concienciar a la sociedad de los múltiples beneficios que aporta la madera muerta a la biodiversidad de las masas forestales. De este modo, se eliminarían infundados mitos como que un bosque limpio es un bosque sano, que las masas extra-maduras muestran una falta de gestión, que los árboles muertos son fuentes de enfermedades, que la madera muerta incrementa el número de incendios forestales, etc.

Si bien, la necesidad de madera muerta en las masas forestales hoy en día es algo irrefutable, es necesaria más investigación desarrollada a escala regional, para determinar las necesidades, cantidad y tipo, para cada ecosistema, ya que la aplicación de los rangos recomendados pueden utilizarse momentáneamente, pero lo idóneo sería determinar los niveles óptimos para cada tipo de masa y localización. Ya que los procesos de descomposición de la madera muerta depende de la especie, micoflora asociada, humedad y temperatura.

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