FORSEE : Indicateur évalué

Indicador 4.4: Introducción de especies

Coste

640 €

0,028 €/ha forestal

0,013 €/ha zona piloto

Estos costes comprenden:

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Resultados

La introducción de especies exóticas con fines productivos comienza en los años 50 a raíz de la necesidad de reforestación de la superficie forestal gallega. La situación en la que se encontraban los montes gallegos era percibida por la administración como bastante deficiente, en un momento en el que primaba la necesidad de autoabastecimiento (RICO, 1995). La forma de paliar esta problemática fue a través de una importante actividad repobladora mediante la aplicación de políticas forestales y planes de repoblación por parte de la Administración que fomentaron la introducción y uso de especies de crecimiento rápido con orientación mayoritariamente productiva.

La dinámica de introducción de estas especies arbóreas ha ido cambiando en función de las necesidades y demandas de las industrias. Con la finalidad de mostrar dicha evolución, se ha elaborado la siguiente tabla orientativa (Tabla 1) donde se informa de la época de introducción aproximada de cada una de las especies de aprovechamiento forestal más utilizadas en la Zona Piloto, junto con la superficie que ocupan según los datos del último Mapa Forestal (1998).

Tabla 1. Especies exóticas introducidas en la Zona Piloto en las últimas décadas.
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Es importante aclarar que en los datos de superficies de la tabla anterior no aparecen contabilizada la superficie de masas mixtas de Eucaliptus globulus-Pinus pinaster (6621,33 ha) que son de gran interés a la hora de evaluar la superficie ocupada por especies introducidas.

Parece ser que una de las primeras especies introducías, especialmente en el municipio de Irixoa, ha sido Eucalyptus oblicua aunque a partir de los años 50 la especie más empleada en la Zona Piloto, como en el resto de Galicia ha sido Pinus pinaster, seguida de Pinus sylvestris.

Posteriormente se ha ido introduciendo (años 70-80) Pinus radiata, especie que actualmente predomina en el municipio de Guitiriz, y finalmente ha sido Eucaliptus globulus la especie más usada en las plantaciones, sobretodo en Irixoa y Aranga, y aunque son casi 600 ha de masas puras, en realidad exista mucha más superficie de esta especie y de otras especies del género Eucalyptus, aunque en menor proporción, mezclada con otras especies (6054,47 ha).

Por otro lado, la introducción de Eucalyptus nitens es algo reciente, las repoblaciones que hay aún son masas jóvenes, con edades actuales entre 0 y 15 años (ÁLVAREZ et al, 2005). La razón de su uso ha sido por la mejor resistencia al frío en comparación con Eucalyptus globulus, que es muy sensible a la heladas, sobretodo para zonas de interior como es el caso de la Zona Piloto, y además ha mostrado una mejor resistencia a problemas sanitarios que se han producido progresivamente sobre las masas de eucalipto blanco (Gonipterus scutellatus, Mycosphaerella maculiformis, Cteranitaina spatulata) (Mansilla et al, 1996).

Puede decirse que la política forestal hasta el momento se ha centrado exclusivamente en el uso de especies de crecimiento rápido, con el afán de repoblar con criterios altamente productivos.

Observaciones

Problemas y mejoras

Comentarios y discusión

El objetivo del indicador en sí, definido por los Protocolos de Evaluación del FORSEE, es calcular el área ocupada por las especies introducidas. A la vista de los resultados puede decirse, con respecto al presente indicador, que en estos últimos años ha primado el interés productivo sobre la conservación del medio ambiente, algo que se refleja en el notable uso, en reforestación, de especies introducidas de crecimiento rápido. Esto de cara a un interés sostenible del monte, concretamente desde el punto de vista del mantenimiento, conservación y mejora de la diversidad biológica de los ecosistemas forestales, es poco favorable ya que la introducción de especies arbóreas exóticas afecta consecuentemente al desarrollo y dinámica tanto de la flora coma de la fauna propia de un lugar y por tanto a su diversidad biológica y ecológica (NOSS, 1999).

A nivel de monte, en la Zona Piloto convergen dos comarcas geoforestales: Costa Atlántica y Meseta Central, pertenecientes a la región Eurosiberiana, dichas comarcas han sido ajustadas en función de parámetros geográficos a partir de la divisiones biogeográficas de Braun-Blanquet y siguiendo la síntesis de Rivas Martínez tal como se explica en el Plan forestal de Galicia (CONSELLERÍA DE AGRICULTURA, GANDERÍA E MONTES, 1992). En dichas comarcas la situación actual presenta una baja diversificación en cuanto al uso de especies para el aprovechamiento forestal, limitándose en gran medida a la reforestación con especies introducidas de crecimiento rápido. Son Eucaliptus globulus y Pinus Pinaster sobre todo, las que ocupan la mayor parte de la superficie forestal de la zona de Costa Atlántica, mientras que en la comarca de la Meseta Central (CONSELLERÍA DE AGRICULTURA, GANDERÍA E MONTES, 1992) predominan las masas de Pinus radiata y más recientemente se está reforestando con Eucaliptus nitens. El uso exclusivo de unas pocas especies de repoblación da lugar a masas monoespecíficas, lo que puede ser perjudicial puesto que se aumenta el riesgo de propagación de incendios (RIGUEIRO et al, 2005), de plagas y de enfermedades forestales, además causa un efecto paisajístico negativo. Además, dichas especies introducidas son todas de carácter pirófito lo que supone un alto riesgo desde el punto de vista de prevención y extinción de incendios. Todo esto consecuentemente afectará a la dinámica natural de los bosques y a la biodiversidad.

Una forma de paliar los problemas ocasionados por estas extensas masas arbóreas pirofitas a la vez que se mejora el estado de este indicador, es diversificando las plantaciones al igual que en el indicador 4.1 Composición de especies, prestando mayor atención en este caso a las frondosas de crecimiento medio, productoras de madera valiosa, reduciendo el protagonismo de las especies introducidas de crecimiento rápido (RIGUEIRO et al, 2005). Esto ha de hacerse sin dejar de tener en cuenta los objetivos productivos, ya que también es un punto importante de cara a la gestión forestal sostenible. También es interesante la posibilidad de dar compensaciones a quien realice este tipo de plantaciones, puesto que están haciendo una labor importante de conservación y mejora de la biodiversidad además rompen con la monotonía de ciertos paisajes de repoblación, lo cual beneficia a toda la sociedad.

Un hecho importante a tener en cuenta de cara al interés por conservar ó mantener la vegetación autóctona, que probablemente sea una de las cuestiones a solucionar, es que la ubicación de masas arbóreas autóctonas, en un entorno donde prima fundamentalmente el aprovechamiento del monte para la explotación económica, hace que cualquier intento de favorecer la expansión de las mismas y conservación de este tipo de hábitats choque con los intereses de los productores de madera. (DÍAZ et al, 2001).

Otras especies a utilizar en aquellos lugares cuyas condiciones sean óptimas podrían ser Castanea sativa, Fraxinus excelsior, Betula celtiberica, Populus x canadienses, Quercus rubra, Juglans regia, Juglans nigra y Juglans x intermedia, con las cuales se pueden llegar a obtener beneficios económicos a partir de turnos de 40 años (MOLINA et al y VILLARINO et al, 2004).

En el caso de que se decida realizar la repoblación con especies de crecimiento rápido, que sea siempre manteniendo los tres pilares básicos del desarrollo sostenible, conservación del medio ambiente, desarrollo económico y cohesión social. De forma que en las plantaciones de especies introducidas de crecimiento rápido con objetivo productor, realizadas sobre áreas donde proliferan especies autóctonas ó naturalizadas de elevado valor ecológico y paisajístico (Castanea sativa, Betula alba, Quercus robur), se podría optar por hacer un tipo de plantación en la que se respetase cierto número de pies de estas especies, de la cuales depende la flora y la fauna de nuestro país y practicar una selvicultura adecuada y respetuosa, conservando dichas especies sin dejar el objetivo económico de la plantación.

Por otro lado a nivel de parcela hay que tener en cuenta que el tipo de propiedad más común es el minifundismo, cuyos propietarios intentan optimizar el rendimiento de esas tierras plantando especies de crecimiento rápido (SILVA-PANDO et al 1992). La posibilidad de la agrupación de montes ó asociacionismo forestal permitiría hacer el mismo tipo de mejoras que se han citado a nivel de monte.

En la Zona piloto de Galicia existe alrededor de un 60% de superficie de masas introducidas, teniendo en cuenta solamente la superficie arbolada, por lo que para asegurar la sostenibilidad futura en la zona, quizás sería conveniente que este porcentaje, con respecto a la superficie ocupada por las especies exóticas de uso común actual, se estabilice.

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