Problemática y mejora

Uno de los problemas encontrados en la evaluación del Indicador en la Zona Piloto es la escala del Mapa de Suelos de Navarra (1:50.000), a partir del que se extrapolaron los datos de las parcelas a la Superficie Forestal de la Zona Piloto. A partir de de estudios previos, se comprobó que la clasificación de los perfiles incluidos en los mismos no siempre coincide con la clasificación del mapa de Suelos, debido principalmente a su escala y a la variabilidad local que estos presentan.

Por otra parte, el número de muestras recogidas en la Zona Piloto y el hecho de que estudios previos existentes en la zona no discernieran entre los horizontes empleados en la evaluación, hizo imposible la estimación del contenido de carbono en el suelo según tipo de uso del suelo, y por tanto, según el tipo de gestión.

Por último, la recolección de muestras del suelo hasta 60 cm de profundidad ha sido en muchos casos imposible debido a las características del terreno y a los instrumentos utilizados.

La mejora del Indicador radica en la intensificación de muestreo de manera que sea posible evaluar el contenido de carbono del suelo según su uso, tipo de vegetación e, indudablemente, tipo de gestión forestal. De esta manera, a partir de la evolución del contenido de carbono en el suelo en un periodo determinado podrá determinarse el efecto que ejerce la gestión forestal sobre el mismo.

Comentarios y conclusión

El carbono orgánico es el componente principal de la materia orgánica, que actúa como sumidero de nutrientes, fuente de fertilidad del suelo y contribuye a la aireación del suelo, reduciendo la compactación del mismo. Además de los factores naturales, las actuaciones humanas como el uso del suelo y la gestión inciden sobre la materia orgánica del suelo. Por ello, el conocimiento del efecto de la gestión sobre el contenido de carbono del suelo es de gran importancia para conseguir una Gestión Forestal Sostenible.

A partir de los datos de campo, el contenido de carbono (C) en el suelo ha sido evaluado haciendo distinción entre dos profundidades, de 0 a 30 cm y de 30 a 60 cm. Dicho discernimiento se debe a que la concentración de C suele ser mayor en el horizonte superficial, debido a la incorporación de materia orgánica, descendiendo según la profundidad aumenta.

La concentración de C dentro de un mismo tipo de suelo varía según el uso del suelo y la gestión del mismo. En la Zona Piloto no ha sido posible evaluar el contenido de C en el suelo según el tipo de vegetación, debido al número de muestras recogidas durante el trabajo de campo, y por lo tanto, ha sido imposible establecer la relación del contenido de C en el suelo con la gestión forestal mantenida en la zona.

La aplicación del Indicador a la Zona Piloto ha sido laboriosa ya que ha requerido la recolección de datos y muestras de suelo sobre el terreno y analítica debido a la falta de información previa necesaria.