Problemas y mejoras

El principal problema a la hora de evaluar el Indicador ha sido la inexistencia de una capa de senderos en soporte digital aunque actualmente se está generando. Este problema se solucionó elaborando una capa propia de senderos apoyándose en coordenadas y en trazados de rutas facilitados por la asociación cultural deportiva Urkulu a través de su web www.rutasnavarra.com, en planos de los proyectos de ordenación y en material elaborado para otros indicadores del proyecto (Indicador 3.6). La utilización de ortofotos fue de gran ayuda para situar el recorrido más probable de algunos senderos.

Sólo se dispone de datos cuantitativos de visitantes en lugares concretos como algunas áreas recreativas. La especificación para la intensidad de uso propuesta por el Indicador es cualitativa, por lo que las zonas han podido ser clasificadas en niveles de frecuentación según estimaciones del personal de turismo y de campo.

Conclusiones

Las motivaciones de los visitantes a la Zona Piloto se dividen en diversas áreas con grandes posibilidades: por un lado el factor histórico cultural vinculado al patrimonio megalítico, el factor paisajístico y ambiental ligado a los grandes bosques y la calidad ambiental de los ecosistemas que alberga, el patrimonio arquitectónico y etnográfico de los núcleos urbanos, la atracción generada por el Camino de Santiago y el núcleo religioso de Roncesvalles. Además, en el Plan de Marketing Turístico de Navarra, están considerados entre los productos de Categoría “A” Roncesvalles, el Turismo Rural y la Selva de Irati.

La zona incluida en la delimitación del LIC de Roncesvalles - Selva de Irati, con un altísimo valor estético y paisajístico, ha sido percibida desde hace años como un lugar muy atractivo para la realización de actividades relacionadas con el disfrute de la naturaleza, lo que ha provocado un incremento del número de visitantes duplicándose los registrados en Arrazola entre 2001 y 2005 (21.358 y 48.113). El hecho de que el 43% de las personas que visita Irati lo haga además por segunda vez, porcentaje muy elevado para un espacio natural, refleja la importancia de este lugar. En 2005, conscientes de la importancia del sector turístico, y viendo la necesidad de planificación del sector, las Juntas Generales de los Valles de Aezkoa y Salazar encargaron la realización del Plan de Aprovechamiento, Uso y Gestión de la Selva de Irati.

Además de la Selva de Irati existen otras zonas muy interesantes desde el punto de vista ambiental e histórico-cultural, pero con poder de atracción es bajo por no estar potenciados y correctamente anunciados. Este es el caso de algunos puntos del Valle de Aezkoa como los dólmenes de Iropil y Soroluze o la ermita de San Joaquín con sus excelentes vistas panorámicas. Con la intención de plantear alternativas para potenciar esos otros atractivos y valores del valle, en 2005 se completó el “Plan de Interpretación para el Valle de Aezkoa”.

La evaluación del empleo generado por las utilidades turísticas como propone el Indicador, resulta muy interesante para nuestra Zona en concreto. El turismo ofrece expectativas laborales que pueden contribuir a frenar la emigración y la despoblación en la zona. El sector servicios está teniendo un destacable crecimiento estos últimos años en lo que se refiere al turismo, ya que de las 24 personas dedicadas a Hostelería en 1991 (5% de la población activa) se pasó a 39 en 1996 (9%) y a 54 en 2001 (casi 11%). Sin embargo, sería interesante mejorar la calidad del servicio al turista (mejora de los establecimientos, dinamización de casas rurales y hoteles, etc.) y diversificar la oferta turística en un terreno más amplio que el propio territorio de Irati. En cualquier caso, en toda la Comarca II existen un total de 152 establecimientos de Turismo Rural que dan trabajo a un máximo de 197 personas y ofertan 939 plazas (año 2005). Además, en la Comarca II operan cinco empresas de actividades turísticas relacionadas con el medio natural.

La importancia del Indicador radica en la evaluación de la presión de visitantes en zonas forestales, ya que inicialmente, y de forma genérica el uso recreativo de los espacios naturales es un factor que limita y disminuye la cantidad y calidad de sus recursos ambientales, generando una transformación negativa del territorio. La presión turística provoca la descoordinación entre el nuevo uso del territorio y su vocación o tolerancia, la falta de integración paisajística, la pérdida de los espacios libre y la ruptura de los paisajes culturales. Además, la falta de regulación y el aumento de afluencia de visitantes pueden provocar en algunas áreas naturales de contrastada fragilidad, una importante pérdida en la calidad de sus ecosistemas. Por lo tanto, la actividad turística del territorio, exige la imposición de umbrales de tolerancia bien definidos que permitan un desarrollo sostenible y un equilibrio entre el mantenimiento de las condiciones de calidad medio-ambiental y la actividad turística que contribuya al crecimiento económico local de forma directa (Antar Estrategias, 2005).